martes, 8 de septiembre de 2020

LA LIBERTAD. VALOR DEL MES DE SEPTIEMBRE.

¿Estarías dispuesto a perder tu libertad a cambio de beneficios
materiales? ¿Permitirías que alguien te la quitara por algún tipo de ayuda? Conoce lo que le ocurrió a un chico que se vió en esas circunstancias.

La invasión de los teporingos. 

En el pueblo de Atlixco vivía una familia conformada por Mariana y Jaime, los padres, y Jaimito, el único hijo. Jaime era herrero y su oficio le daba lo necesario para vivir dignamente.

Habitaban una casa que les prestaba la tía Cristina, una ganadera de Tlaxcala. La tía nunca se había casado y tenía pocas amistades porque era muy exigente. Cuando Jaimito cumplió once años, la tía pensó en llevarlo a vivir con ella para que la acompañara. Mariana y Jaime se resistieron, pero insistió hasta convencerlos.

El muchacho viajó a Tlaxcala. La casa, su habitación y los alimentos eran agradables, pero extrañaba su hogar. Su tía lo castigaba por cualquier cosa, lo obligaba a acompañarla y le exigía siempre que la cuidara. Por las noches el niño lloraba en silencio. Al verlo triste, la tía pensó en darle una mascota e hizo que los peones atraparan a un teporingo, uno de los pequeños conejos que viven en la región. Jaimito le acondicionó una caja y aunque lo trataba con amor, el animalillo estaba triste y soñoliento porque vivía separado de los otros conejos. Una tarde, aprovechando que la tía dormitaba, lo llevó al jardín y lo liberó.

El teporingo llegó con los suyos y les contó lo ocurrido. El más valiente propuso rescatar a Jaimito.

Formaron un ejército de miles que invadió fácilmente la casa de la tía Cristina: estaban en la sala, la cocina, las escaleras, el baño y el cuarto haciendo ruido con sus hociquillos. Al verlos la tía pensó que estaba perdiendo la razón y le pidió a un trabajador que la llevara al hospital. Jaimito supo que era el momento de huir. Los teporingos lo escoltaron hasta la carretera y le dieron unas monedas para pagar el autobús. Cuando volvió a su hogar, sus padres lo recibieron felices. Cientos de pequeños ojos los miraban con emoción.

¡PIÉNSALO!

Comenta con tu familia lo siguiente y escríbenos en los comentarios:

•¿Qué opinas de la tía Cristina que ponía condiciones a la familia de Jaime?

•¿Crees que los padres hicieron bien al permitir que se fuera del hogar?

•¿Por qué Jaime comprendió tan bien la situación del conejito? ¿Tú lo hubieras soltado?

•¿Cómo piensas que reaccionó la tía Cristina al ver que Jaimito ya no estaba?

¿Qué aprendimos?

La libertad de entrar, salir, tomar decisiones y guiar con independencia tu vida no debe cambiarse por beneficios aparentes como la comodidad. Nadie debe condicionarte para que lo hagas.

 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Resultado de la encuesta sobre el regreso a clases

  A toda la comunidad educativa: Se comunica que el resultado de la consulta sobre el regreso a clases, así como la determinación del modelo...