¿Estarías dispuesto a perder tu libertad a cambio de beneficios
materiales? ¿Permitirías que alguien te la quitara por algún tipo de ayuda?
Conoce lo que le ocurrió a un chico que se vió en esas circunstancias.
La invasión de los teporingos.
En el pueblo de Atlixco vivía una
familia conformada por Mariana y Jaime, los padres, y Jaimito, el único hijo.
Jaime era herrero y su oficio le daba lo necesario para vivir dignamente.
Habitaban una casa que les prestaba la
tía Cristina, una ganadera de Tlaxcala. La tía nunca se había casado y tenía
pocas amistades porque era muy exigente. Cuando Jaimito cumplió once años, la
tía pensó en llevarlo a vivir con ella para que la acompañara. Mariana y Jaime
se resistieron, pero insistió hasta convencerlos.
El muchacho viajó a Tlaxcala. La casa,
su habitación y los alimentos eran agradables, pero extrañaba su hogar. Su tía
lo castigaba por cualquier cosa, lo obligaba a acompañarla y le exigía siempre
que la cuidara. Por las noches el niño lloraba en silencio. Al verlo
triste, la tía pensó en darle una mascota e hizo que los peones atraparan a un
teporingo, uno de los pequeños conejos que viven en la región. Jaimito le
acondicionó una caja y aunque lo trataba con amor, el animalillo estaba triste
y soñoliento porque vivía separado de los otros conejos. Una tarde,
aprovechando que la tía dormitaba, lo llevó al jardín y lo liberó.
El teporingo llegó con los suyos y les
contó lo ocurrido. El más valiente propuso rescatar a Jaimito.
Formaron un ejército de miles que invadió
fácilmente la casa de la tía Cristina: estaban en la sala, la cocina, las escaleras,
el baño y el cuarto haciendo ruido con sus hociquillos. Al verlos la tía pensó
que estaba perdiendo la razón y le pidió a un trabajador que la llevara al
hospital. Jaimito supo que era el momento de huir. Los teporingos lo escoltaron
hasta la carretera y le dieron unas monedas para pagar el autobús. Cuando
volvió a su hogar, sus padres lo recibieron felices. Cientos de pequeños ojos
los miraban con emoción.
¡PIÉNSALO!
Comenta con tu familia lo siguiente y
escríbenos en los comentarios:
•¿Qué opinas de la tía Cristina que
ponía condiciones a la familia de Jaime?
•¿Crees que los padres hicieron bien al
permitir que se fuera del hogar?
•¿Por qué Jaime comprendió tan bien la
situación del conejito? ¿Tú lo hubieras soltado?
•¿Cómo piensas que reaccionó la tía
Cristina al ver que Jaimito ya no estaba?
¿Qué aprendimos?
La libertad de entrar, salir, tomar
decisiones y guiar con independencia tu vida no debe cambiarse por beneficios
aparentes como la comodidad. Nadie debe condicionarte para que lo hagas.
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